Salmo 127, 3-5
Los hijos son un regalo del Señor,
el fruto del vientre es una recompensa;
como flechas en la mano de un guerrero
son los hijos de la juventud.
¡Feliz el hombre
que llena con ellos su aljaba!
No será humillado al discutir con sus enemigos
en la puerta de la ciudad.
Devoción al Divino Niño Jesús
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