20090130

Confianza



Si depositamos nuestra confianza en el Señor, podremos encarar los problemas con serenidad.

La virtud de la serenidad es una rara virtud que nos enseña ver las cosas desde el ángulo de la fe y darles su verdadero valor.
Nos falta la serenidad cuando deformamos la realidad y hacemos de un grano de arena una montaña. Cuántas veces los problemas que hoy nos parecen insalvables al cabo de un tiempo nos parecen insignificantes.
La confianza en el Señor nos va a dar la serenidad de la mente, para no ser esclavos de nuestros nervios, o víctimas de nuestra imaginación.
La confianza en el Señor nos va a dar la serenidad del corazón, para no vernos consumidos por la ansiedad ni por la angustia.
La confianza en el Señor nos va a dar también la serenidad en nuestra acción, para evitar el derroche inútil de nuestras fuerzas.
Pero nadie puede ser sereno si no deposita su esperanza en Jesús y no lucha por adquirir esta virtud cristiana, que nace de la fe y se fundamenta en la fortaleza y la templanza.

Texto: UnosMomentos
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La semilla que eres



Gianna Beretta (1922 - 1962)

Hay una semilla que da fruto: el verdadero creyente que escucha y entiende.